Había una vez un surfer retirado. Vivía frente a la playa. El surfer se llamaba Dave. Dave no era viejo, pero ya se había retirado de surfear hacía dos años.
Un día Dave tuvo una pequeña fiesta en su casa para sus amigos surfers. No le gustaban las fiestas pero le gustaba ver a la gente disfrutar. Dave pasó toda la fiesta en el balcón de su casa viendo hacia el mar con una Ginger Ale. Sólo bebía Ginger Ale.
De la nada un amigo salió al balcón y se sentó junto a él.
—¿Por qué te quitaste Davesito?
Dave se quedó pensativo por un momento. Miró a su amigo a los ojos y le dijo:
—Cuando yo surfeaba yo esperaba mucho, siempre me quedaba flotando en la tabla observando el horizonte, aguardando la mejor ola…
Bebió de su Ginger Ale.
—Siempre quería la mejor ola. Siempre. Prefería esperar tres horas por la mejor ola a estar ese tiempo cogiendo olas mierdas. Me decían que era un pendejo, que pasaba mucho tiempo esperando y nunca surfeaba. Me jodían mucho por eso.
Puso su Ginger Ale en la mesa.
—Pero te digo que cuando cogía la ola esa que esperaba, era magia. Me sentía bieeeen cabrón. Era lo mejor.
De repente los ojos se le aguaron.
El amigo se sintió incómodo.
—Pero un día decidí surfear a lo loco. Cogí todas las olas y las surfé y me sentí mal, muy mal. Después de ese día me sentí como mierda.
—¿Y por eso te quitaste? —le preguntó su amigo.
—No —contestó Dave—, me quité porque me di cuenta que necesitaba aprender a escoger.
Ambos miraron al mar.

it makes sense
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